martes, 4 de enero de 2011

A veces el rostro y el cuerpo pueden expresarlos anhelos con tanta precisión que puedes leerlos como si fueran un libro... y cuando no somos nadie inventamos para llenar el vació... Son dos lecciones que saque de un libro que leí hace poco y me parecieron ciertas en un mundo que suele ser en muchas formas de fantasías en inventos y hay que ver mas profundo para saber lo que buscamos

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